Capítulo 7: Karma
Todo lo que experimentamos está precedido por la mente,
Guiado por la mente, hecho por la mente.
Habla y actúa con una mente corrupta
Y el sufrimiento le sigue
Como la rueda de una carreta le sigue a la pezuña del buey.
Todo lo que experimentamos está precedido por la mente,
Guiado por la mente, hecho por la mente.
Habla y actúa con una mente pacífica
Y la felicidad le sigue
Como una sombra que nunca se va.
Un concepto fundamental de la práctica espiritual Budista es que en cada momento presente hay un potencial inmenso para despertar y liberarnos del sufrimiento. El momento presente es el único sitio donde existe la creatividad necesaria para alcanzar la liberación. La noción Budista del”Karma” está estrechamente ligada a dicha creatividad.
“Karma” no se refiere a vidas anteriores; ni es una ley de la predeterminación. Si alguien considera que la felicidad ya está predestinada no se da lugar a sí mismo para tener influencia sobre su propia felicidad o su propio sufrimiento. Pero la práctica espiritual incluye la posibilidad de elección. Es decir, nuestros actos no están predeterminados. El Buda enfatizó que si tenemos una idea muy estricta del karma, estaríamos negando nuestra libre voluntad para escoger lo que deseamos.
El Buda dijo, “Yo lo que llamo Karma es intención.”Mejor dicho, Karma tiene que ver con lo que escogemos intencionalmente en el presente. Como hemos visto en secciones anteriores, cuando practicamos la meditación apreciamos el presente y nos relajamos en él. Pero el presente también constituye un momento de acción donde escogemos los pasos que hemos de tomar hacia el futuro. Entre más atentos estemos y más claro vemos las alternativas que tenemos por delante más libertad y creatividad tendremos al escoger.
El momento presente está constituido en partepor los resultados de lo que decidimos hacer en el pasado y en parte porel desenvolvimiento de lo que escogemos hacer en el momento actual. Lo que experimentamos en el futuro, sea en el momento siguiente, o en el día siguiente, o en la década siguiente está formado en parte por lo que escogemos en relación a nuestra situación presente. Nuestros actos con nuestro cuerpo, nuestra habla y nuestra mente tienen consecuencias futuras; el tomar estas consecuencias en cuenta nos ofrece una guía importante en las opciones de nuestras acciones.
Los resultados de lo que decidimos hacer no siempre son predecibles pues no son fijas ni mecánicas. Desde luego que la manera en que actuamos tiene la tendencia a producir ciertas consecuencias. Pero no siempre resultan las mismas. Hay muchas posibilidades y muchas variables que pueden generar resultados no calculados. A veces las consecuencias quedan sumergidas en el amplio océano de causas y efectos de un mundo complejo. Sin embargo, el mundo tiene la tendencia a reaccionar de cierta manera cuando actuamos con codicia, odio o engaños, y de otra cuando actuamos con motivaciones de amistad, generosidad y de bondad.
Mientras que las consecuencias en el mundo externo son variadas, las consecuencias internas de nuestras acciones son mucho más claras, y sirven como un buen sistema de retro-alimentación para nuestras decisiones. Por ejemplo, es común sentir el resultado de nuestras intenciones–las consecuencias Karmicas–en nuestros cuerpos. Los hábitos acumulados de la codicia, la ira y el temor afectan nuestros músculos de cierta manera, mientras que la generosidad, la compasión y la reconciliación los afectan de otra. Es común que el temorpropicia un estado de compresión o tensión porque el cuerpo se encoje para protegerse de un peligro percibido. Esta tensión muscular (que resulta de la intención de protegernos) puede pasar desapercibida, especialmente cuando es crónica. Pero aun cuando no la sentimos directamente, la tensión se vaacumulando y a la larga genera malestar y daños a nuestros cuerpos.
Cuando meditamos, cesamos de responder al mundo de maneras acostumbradas. Más bien, observamos los impulsos de la mente: nuestros deseos, sentimientos, pensamientos e intenciones. En vez de actuar o reaccionar ante ellas, les ponemos atención minuciosa. Si no reforzamos esos impulsos mentales, entonces decaen y cesan de controlar nuestras vidas.
El mundo del sufrimiento y de la libertad tiene mucho que ver con la manera que escogemos responder a las circunstancias que se nos presentan en el momento presente. Las circunstancias no siempre son las deseadas. Pero, aun así, a través de la práctica de la atención plena abrimos nuestra mente al potencial creativo que existe en la manera en que elegimos. Si escogemos actuar con aversión, ira, temor o apegos entonces seguimos creando sufrimiento. Pero si respondemos con más atención, sin referencia a nuestros apegos egocéntricos, interrumpimos el ciclo del sufrimiento. La libertad necesaria para la creatividad no es posible si nuestras decisiones permanecen arraigadas en el egoísmo.
Por lo tanto el mundo del karma es el mundo de la intención, y nuestras intenciones están vinculadas al mundo del momento actual. No pertenecen a ningún otro momento.¿Con que intenciones abordas el presente?¿Cuáles son tus intenciones cuando desempeñas tu trabajo, cuando conduces un coche, o cuando tienes una conversación, o le haces a alguien un favor?Si pones atención cuidadosa y cariñosa a tus intensiones, como si cultivaras un jardín,florecerán hermosamente y darán fruto abundante en tu vida.