Capítulo 13: El Cuerpo Como Centro: Instrucciones Del Buda En Cuanto A La Práctica De La Atención Plena Del Cuerpo
El desarrollo y cultivo de la atención plena del cuerpo
produce muchos frutos y beneficios.
Mahjjima Nikaya 119.2
Yo no inicié la práctica Budista con la intención de descubrir mi cuerpo. No tenía idea que el cuerpo tuviera importancia alguna para la práctica espiritual, con la excepción de que al meditar debía reposar mi cuerpo sobre un cojín. Aun durante los primeros meses y años de mis esfuerzos en la meditación, cuando mi cuerpo manifestaba señas dolorosas de ciertas constricciones, tensiones y patrones psicológicos que aquejaban mi vida, yo estaba convencido de que estas dificultades físicas eran molestias solamente que se debían ignorar o superar, en vez de reconocer que eran la substancia esencial para el desarrollo de la práctica espiritual. A medida que mi cuerpo se ha convertido en una parte más central en mi experiencia, me he visto sorprendido una y otra vez por la manera que la consciencia, el amor y la compasión se manifiestan en y a través del cuerpo. He aprendido que la atención plena del cuerpo es el fundamento de la atención plena y es nuestro mejor aliado para integrar la práctica espiritual a la vida diaria.
El Buda mismo dijo: “Hay una cosa que si la cultivamos y practicamos con regularidad conduce a la intención espiritual profunda, a la paz, la atención plena y la comprensión clara, a la visión y el conocimiento, a una vida feliz en el presente, y a la culminación de la sabiduría y el despertar. ¿Y qué es esto? La visión plena centrada en el cuerpo.”En otra ocasión el Buda dijo: “Si no cultivamos el cuerpo no podemos cultivar la mente. Si el cuerpo es cultivado entonces la mente puede ser cultivada.”
Puedes hallar miles de libros escritos en el occidente sobre el Budismo que no hacen mención del cuerpo, dando la impresión de que el Budismo es una religión orientada solamente hacia el intelecto o la mente. En contraste con esta visión, yo considero que la práctica Budista, especialmente la práctica de la atenciónplena, es una invitación a experimentar nuestros cuerpos y a encarnar nuestra experiencia. Así como nos dice el libro clásico Las Escritura Sobre los Cuatro Fundamentos de la AtenciónPlena: “experimentar el aliento en el aliento, y el cuerpo en el cuerpo.”El Buda se distanció de las especulaciones metafísicas, mostrando interés más bien en cómo experimentamos las cosas directamente a través de nuestros sentidos psicofísicos.Él enseñó que con el fin de despertar y de lograr la libertad espiritual todo lo que necesitábamos saber en cuanto al mundo se encontraba en el cuerpo. El Buda no rechazóla idea de un mundo externo objetivo, pero le dio más importancia ala función interna de los sentidos y de la percepción. Reiteradamente declaró: “dentro de este cuerpo humano, con sus percepciones y sentidos internos, se encuentra el mundo, la causa del mundo, la cesación del mundo, y el camino que lleva a la cesación del mundo.”
Hace años, durante mis primeras prácticas de Vipassana en Tailandia, el maestro Achaan Buddhadasa dijo lo siguiente al comienzo de un retiro espiritual, “No hagan nada que los saque del cuerpo.” Este consejo misterioso me acompañó durante el transcurso de mi retiro de diez días. Comencé a darme cuenta con bastante precisión como mi centro de atención al igual que mi centro de gravedad estaban proyectados hacia delante, y que frecuentemente me inclinaba hacia delante cuando intentabaasir algo o identificarme con algo fuera de mí. Por ejemplo, inclinaba mi cuerpo cuando anticipaba la hora del almuerzo, o repasaba memorias de eventos pasados, o cuando hacía planes mentales para alguna actividad futura, o al sentir el deseo o aversión por alguna emoción o estado mental. Todas estas proyecciones contribuían al sentimiento de que yo no estaba centrado físicamente en mí mismo. Lo sentía con frecuencia, ya sea cuando inclinaba mi cuerpo hacia delante, o más sutilmente, cuando mi centro de gravedad se proyectaba hacia el frente. En el transcurso del retiro comencé a relajarme y a mantener el cuerpo con una postura vertical equilibrada. Entre más relajado y conforme me sentía dentro de mi propio cuerpo más captaba los movimientos físicos sutiles que me desequilibraban causados por los apegos y aversiones de la mente. Gradualmente iba aprendiendo que la atenciónplena del cuerpo es una de las mejores ventanas para adquirir una visión precisa de la vida interna.
En contraste con la filosofía occidental que separa el cuerpo y la mente, el Budismo considera que los dos están íntimamente conectados. Cuando reprimimos o suprimimos aspectos de nuestra vida cognitiva o emocional, nos desconectamos de nuestro cuerpo. La exploración y el despertar del cuerpo desde adentro por medio de la atenciónplena y la consciencia activa pueden resultar en el re-descubrimiento de emociones suprimidas, en la capacidad más amplia para sentir las emociones, y en nuestra realización como seres sensibles.
La atenciónplena del cuerpo puede facilitar de gran manera nuestra capacidad para estar atentos a los sentimientos dolorosos y abrumadores que nos aquejan pues nos ayuda a comprender que el cuerpo es el recipiente de esas emociones. La psicología Budista enseña que las emociones casi siempre están encarnadas y por lo tanto se manifiestan en el cuerpo. Por ejemplo, el temor produce constricción estomacal, la ira casi siempre conduce a una cara encendida,la felicidad causa un cosquilleo o calor en el pecho, y la inquietud produce un sentimiento de energía fluyendo por los brazos. Cuando nos enfocamos en las sensaciones corporales producidas por emociones difíciles es más fácil estar consciente de ellas y permitir que la atención plena revele su profundidad.
La cultura occidental tristemente se ha empeñado en convencernos que el cuerpo es simplemente un objeto de manipulación. La “consciencia del cuerpo”, ha llegado a referirse a la imagen externa que no sólo proyectamos pero que también creamos por medio de cosméticos, estilistas, la moda, las industrias de publicidad, y los gimnasios. Sin embargo la atención plena tiene la intención contraria de establecer una consciencia del cuerpo basada en el conocimiento interno. Este mundo interno subjetivo es la fuente de nuestra vitalidad. Cuando vemos el cuerpo como mero objeto perdemos la conexión con ese sentimiento de vitalidad.
Cuando empezamos a comprender el proceso de sentir el cuerpo desde adentro nos vamos dando cuenta que el cuerpo en si es un proceso y una experiencia, y no solo una cosa o un “objeto.”La tradición Budista distingue entre diferentes tipos de “cuerpos”: el “cuerpo de energía,” el “cuerpo de felicidad,” el “cuerpo de transformación,” el “cuerpo Karmico,” el “cuerpo de diamante,” y el “cuerpo de consciencia.” Cuando meditamos podemos experimentar todos estos cuerpos. A veces el cuerpo lo sentimos como un fluir de energía y a veces lo sentimos como un campo de atención momentáneo que abarca toda nuestra consciencia.
Cuando los estudiantes de Vipassana desarrollan la atención plena del cuerpo están contrarrestando las fuerzas culturales externas y las tendencias psicológicas internasque refuerzan la imagen del cuerpo sólido y objetivo. Por ejemplo, ciertos patrones psicofísicos habituales como la constricción del estómago, de los hombros o de las mandíbulas funcionan como armadura ante las experiencias aterradoras o dolorosas y crean un sentimiento falso o ilusorio de solidez corporal. Pero a medida que madura nuestra práctica de la atención plena del cuerpo aprendemos a confiar más y más en nuestras experiencias internas, nuestra consciencia, y nuestra capacidad para permanecer presentes sin constricción corporal incluso en los estados de ánimo y circunstancias difíciles.
Es importante reconocer que la práctica de la atención plena no conduce al rechazo de todo tipo de imagen del cuerpo o de auto-imagen. El Budismo nos enseña a ser flexibles. La consciencia puede tener experiencias que exigen una imagen saludable de nuestro cuerpo y otras sin necesidad de imagen mental alguna de lo que somos. Existen momentos en que tener una auto-imagen firme es crucial en nuestras vidas, y otras en que se convierte en una gran limitación. Por ejemplo, es importante tener un concepto positivo del cuerpo para mantener la salud física. Pero también es importante ir cambiando nuestra imagen del cuerpo al transcurrir de los años aunque nos duela tener que hacerlo. Recuerda que el apego rígido a un estado mental puede causar mucho sufrimiento. La práctica de la atención plena nos ayuda a lograr flexibilidad y libertad a través de diferentes estados mentales.
La meditación tiende a ayudarnos a relajar los conceptos rígidos de nuestra identidad. En este caso si nos mantenemos pendientes de nuestro cuerpo podemos estar abiertos al mundo pero sin perder el sentido de estar centrados. El cuerpo es un buen amigo pues ofrece cuantiosa información sobre cómonos afecta una vivencia y cómo estamos reaccionando ante cualquier situación que confrontamos. Una reacción muscular podría indicar, por ejemplo, que debemos ser cuidadosos ante algún peligro o podría indicar que estamos demasiado ansiosos ante una situación que en la realidad nos favorece. Estas señales corporales ayudan a impedir quenos perdamos en las sensaciones expansivas que acompañan al relajamiento o las sensaciones constrictivas que pueden acompañar un sentimiento de temor o pena.
Es importante permanecer centrados en el presente y el cuerpo es un valioso termómetro para ayudarnos a medir lo que está ocurriendo en la actualidad. Así será menos probable que nos dejemos llevar por las situaciones externas, las personas que nos rodean o el mundo interior de los pensamientos y de las emociones.
En la tradición Budista Theravada hay muchos estilos de práctica de la atención plena. Algunos se enfocan exclusivamente en el cuerpo. Otros incluyen diversos aspectos de nuestra humanidad-los sentimientos, las emociones, los pensamientos, los estados mentales y las experiencias mentales. Sin embargo, la atención plena del cuerpo sigue siendo el fundamento principal de todas las prácticas. En el texto Los Cuatro Fundamentos de la Atención Plena, bajo el tema “El Fundamento del Cuerpo,” el Buda incluyó al aliento, a todo tipo de sensaciones corporales, la postura física, al cuerpo en medio de la actividad, y a la exploración sistemática del cuerpo en su totalidad. Yo considero que es más fácil comprender los otros tres fundamentos de la atención plena una vez que despertemos y estabilicemos nuestra consciencia del cuerpo.
Varias corrientes de la tradición Mahayana también enfatizan la importancia del cuerpo. Algunos textos de Mahayana insisten de manera entusiasta que “el cuerpo en sí es Bodhi (despertar).” Un canto tántrico dice, “Aquí en este cuerpo están los ríos sagrados: aquí están el sol y la luna y los sitios de peregrinaje también. No me he encontrado con un templo más dichoso que mi propio cuerpo.” La tradición japonesa Zen también afirma la importancia de la participación consciente del cuerpo en la práctica. El maestro Zen Dogen enseñó que la práctica Zen involucra la unificación del cuerpo y de la mente. El escribió “la atención plena sobre el cuerpo es la atención plena del cuerpo.”
Al final de cuentas la posición central que le otorga el Budismo al cuerpo no significa que debemos dirigir nuestra atención deliberadamente hacia el cuerpo como si la atención y el cuerpo fuesen dos cosas diferentes. Más bien, la atención plena del cuerpo es una invitación a que nos percatemos de la conciencia que ya está en el cuerpo. La práctica no consiste en dirigir o crear cosa alguna. El principio y el fin de la práctica consisten en despertar a lo que ya existe en nosotros-dentro del cuerpo, el corazón y la mente.